Como siempre, desayuno, alistarnos y disfrutar del calor y el panorama. Decidimos recorrer la Zona Rosa de la Isla, en donde la mayoría del comercio isleño funciona. Tiendas de electrónica, ropa, souvenirs, menaje e importaciones, son las que conforman mayoritariamente el comercio. Debido a que el puerto de San Andrés es un puerto libre, los precios de algunos artículos pueden carecer del iva (16%) y de algunos impuestos con el que el gobierno colombiano grava los productos. De esta forma podemos encontrar licores, perfumes y artículos electrónicos como pantallas lcd, cámaras digitales, cámaras de video a precios muy convenientes.
Partimos nuestro recorrido por el lado occidental de la isla, por la playa, donde un lugareño nos ofreció Agua de Coco Natural, o sea, un coco abierto y con un pitillo (se nos ocurrió pedir una bombilla, pero recibimos un ampolleta con cierta extrañeza de quien nos atendía). El sabor, dulce y el coco aún más. No hemos podido encontrar al que nos ofreció para comprarle de nuevo, aunque cada vez que miramos una palmera vemos unos cuantos cocos, lo difícil sería bajar uno… y partirlo.
Durante nuestra caminata por el centro, pudimos observar que el tránsito si bien es un poco más ordenado que en la capital Bogotá, lo conforman en su mayoría motocicletas, y salvo los policías locales todos los motociclistas no usan casco. Es común ver las motocicletas montadas por dos e incluso tres ocupantes, y cada vez que un peatón se para en la solera para cruzar, las motos tocan su bocina o el conductor grita para avisar que vienen. Con esto se siente mucho olor a aceite y gasolina de las motos, pero no hay contaminación ya que la isla tiene una brisa constante.
La gente de piel oscura, es la población mayoritaria de la isla, y como se suele escuchar en diferentes partes del mundo, es cálida y amable, y no porque seamos turistas sino porque en estas latitudes la amabilidad de ellos es natural.
Caminando y caminando, ocurrió lo que es esperable: Nos perdimos, y antes de que pudiésemos saber donde nos encontrábamos alguien ya nos había preguntado si estábamos perdidos o no. Al fin logramos encontrar el camino de regreso, por lo que luego de un par de horas de caminata, volvimos al hotel para almorzar.
Luego que almorzamos volvimos a la habitación y descansamos toda la tarde, la caminata nos agotó, así que preferimos dormir.
Para “Los Memes en Colombia”, desde el Caribe Colombiano, los agotados Marlene y Mauricio… Adelante Estudios!
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